nada sobre nada es infierno
asi tome en mis manos la llama
en cuanto conocí por tí, mi ansiado amor....

medio oculto e intranquilo
huyendo como culto de un chiquillo
a su madre que solo estremcio a el aire
de un querer obsesivo...

y cuando estremecio el aire
la lluvia era sozobre
el pájaro era libre
pero midio sus armas
y se hizo en los bosques ramas secas....

aquí el altar
de unos cuantos menos siglos
que esos bosques
heridas de lanza
que señalaran a la caza
contaban a tiempo
la alargada muerte.

no lo saben mis pecas
que son rojizas
he de necesitar cordura
en está mi cintura.

ausencia morada
y penumbra sin labios...
no te hablo porque ya no existes.


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